Unidos por un botón en las nubes,
por todo lo
minúsculo que tirita en los bosques;
por esas cancioncillas que recorren la piel…
en los tableros de un
motín de madrugadas.
De un agitar de cocteleras remotas,
con sus chisporroteos de anhelos
en cada reflejo.
Soñadoras nos persiguen rondas por los muelles,
por los barrios café…
y otro alma a medio paso en luz de orquesta;
otra bandera de pescadores en su sed de vientos…l
Los colores de sus amores en estelas de guitarras.
De nuestras derrotas
resumidas en pequeños retrasos de los andenes…
De su rueda de oraciones,
sus ecos de espejos junto a nuestros aparejos del ánimo;
todas las psicodelias
para una lágrima
que guardaremos en su
bolso al fondo de los mosaicos.
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